Cuando se acerca la Navidad, las tiendas
empiezan a llenarse no solo de productos temáticos y asociados de forma directa
a las fechas por su naturaleza, como turrones y polvorones, sino también de
versiones festivas de productos que se venden durante todo el año.
Las marcas de
refrescos hacen versiones navideñas de sus latas y de sus botellas, las cajas
en colores rojos y verdes invaden los pasillos de prácticamente cualquier lugar
y las tiendas no solo aumentan la cantidad de papel de regalo que tendrán
disponible en tienda sino que también sacan de su almacén las bolsas temáticas,
para que con cada compra el consumidor salga a la calle confesando que ha
comprado y que ha comprado para la Navidad.
La Navidad es
por tanto un período de consumo con un packaging especial y en el que todo el
mundo quiere jugar con ello. ¿Por qué el packaging navideño es tan importante y
por qué abarca a prácticamente todos y cada uno de los sectores? La clave está
en la importancia de la propia Navidad. Si nos podemos encontrar desde con
botellas navideñas de ginebra, con copos de nieve para poner en contexto al
producto, no es por casualidad.
La campaña de
Navidad es uno de los momentos más importantes del año para muchas marcas y
para muchas tiendas, uno de los que permiten hacer una parte más importante de
la caja. Incluso para aquellas firmas para las que la Navidad no es un período
decisivo y en el que se hacen las ventas más importantes del año, la campaña es
un período de ventas elevado, en el que se hacen cajas de impresión. Por ello,
las firmas quieren conectar con el consumidor y buscan entrar en el espíritu
navideño, crearlo incluso si es necesario para que sus potenciales compradores
se hagan con sus productos.
Y, en esta
carrera por posicionarse, el packaging es un arma muy efectiva. Las compañías
apuestan por crear un packaging creativo y diferente, uno que llame la atención
y que logre así conectar con el consumidor, atraerlo. El packaging navideño,
especialmente cuanto más creativo y más llamativo es, ayuda a destacar sobre los demás
jugadores, algo fundamental en un terreno en el que todo el mundo está
intentando hacer la mayor caja posible y en el que, por tanto, está generando
ruido y más ruido. Además, ser muy creativo permite convertirse en viral, hacer
que los propios consumidores hagan el trabajo de la campaña de Navidad.
Pero sin duda
el packaging navideño funciona especialmente como herramienta para meter al
consumidor en la Navidad. Es decir, todas esas presentaciones que juegan con el
rojo, el verde y el dorado (los colores de la Navidad gracias al uso cromático que de
ellos se hacía en la Edad Media) ayudan al consumidor a sentir que es Navidad y
a crear ese marco festivo que les llevará a conectar con la fecha y a comprar.
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